Bueno, pues el barquero ya se ha tomado las uvas y está digiriendo la empanada de kraken a base de chupitos de absenta, así que aprovecho para esbozar la lista de propósitos rolero/escritoriles para 2025. Así, dentro de un año, el barquero podrá mofarse de mi ingenuidad y falta de realismo en la planificación.
-Primero, está este blog, al que me comprometo a contribuir dos entradas al mes (el barquero casi se atraganta de la risa), si el estrés post-traumático del curro y las caóticas corrientes de este extraño mar que surcamos lo permiten.
De escritura, los objetivos tampoco son cualquier cosa:
-Terminar Hijas de Caronte, “work in progress” desde hace tiempo. Mi segunda novela, cifi-noir o algo así. Tenía que haber acabado el primer borrador en 2024, pero se complicó la cosa. De Enero no pasa.
-Cuentos ambientados en el mundo de Río Madre, que últimamente no me quito de la cabeza (y que andan retrasando Caronte). Además, este año me gustaría colar un cuento de fantasía épica en alguna publicación.
-Otros cuentos “de estilo libre” no relacionados con los universos anteriores, veremos cuántos salen.
En cuanto a dirigir rol, que compite en recursos con la escritura:
-De forma inmediata, dirigir Corona de sal de Tania Herrero, que mola mucho. Primero en presencial y después, si se tercia, online.
-One-shots para DnD 2024, de iniciación, para hacer de prólogos diversos para la campaña de Río Madre.
-Dirigir one-shots encadenados con las campañas de Ragnarok de Juego de Manos
-Empezar una campaña larga de CoC, Castiñeira tiene buena pinta. A ver si se puede hacer en presencial. También está La Bestia no debe nacer, que igual es más difícil de sacar a mesa.
-Empezar Brujaluz, en la que tengo muchas esperanzas para formar un grupo estable presencial.
Y eso sería, más o menos.
No está mal. A ver lo que duran estos propósitos. El barquero me mira de reojo y con un brillo raro en los ojos. A lo mejor él también tiene proyectos para este año. Miedo me da preguntarle.